La casa está vacía, vacía.
Esperaba encontrar a alguien con quien hablar, con quien compartir una taza de té, con quien confiar mis secretos, mis penas, mis alegrías y anhelos... pero la casa está vacía, con luces, pero vacía.
Si no hay nadie que la llene, no me atrevo a entrar, no quiero tener que pasearme por cada habitación pretendiento encontrar algo que en el vacío no va a estar. Sin embargo estoy tan desesperada, que me propongo a sentarme en alguno de aquellos sillones y siguiendo con mi esperanza, no hacer nada más que esperar.
0 secretos:
Publicar un comentario