
fue extraño llegar, fue extraño ver que todo estaba tan oscuro en el camino, hasta la mitad del camino no había con que iluminar. Las casas completamente a oscuras, no habían señales de que allí hubiera vida, pero sin embargo algo de este difuso, extraño, escalofriante paisaje me llamó la atención, me gustó. Me llamó a quedarme ahí observando sin hacer nada, a fijar mi mirada en como se veían las cosas desde ese punto. Era una luz rojiza la que iluminaba la otra mitad, me gustó. Me sentí comoda y lo primero que pasó por mi mente fueron los deseos que no avanzar.